¿Cuándo venir a La Vera

Visitar La Vera siempre es buena idea, pero si además de disfrutar de los mil y un encantos que de normal te ofrece la zona, quieres vivir una ocasión única, toma nota de las Fiestas y los eventos de referencia que se celebran en la comarca.

Valverde de La Vera

Primer fin de semana de febrero. San Blas y las Candelas

Uno de los momentos más esperados de los festejos es, sin duda, la Tirada de Cuerdas de San Blas, por la que tras la bendición del santo, se arrojan desde la Iglesia los hilos de colores, conocidos como “Cuerdas de San Blas”. Según la tradición, si llevas un hilo anudado al cuello de San Blas en San Blas, tu garganta estará a salvo de enfermedades durante todo el año.

Por San Blas, Valverde vive uno de los momentos más entrañables del año con la celebración de una de sus fiestas con más sabor, repletas de tradiciones tan singulares como la Cena de San Blas, durante la que los cazadores locales se reúnen en la puerta de la ermita para dar por inaugurada la parte más profana de las fiestas disparando al aire o la Bendición de las Candelas, en la que se bendice a los niños nacidos en el año.

Jueves Santo. Los Empalaos

Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Cada año, en la madrugada del Jueves al Viernes Santo, los Empalaos realizan un particular vía crucis por la localidad para cumplir su “manda”, una promesa realizada ante Dios y ante la Cofradía de la Vera Cruz y de los Empalaos. Descalzos, cubiertos únicamente por una saya blanca hasta los tobillos, los penitentes portan sobre sus hombros desnudos un timón de arados de madera que hacen la función de cruz. El madero se ata con sogas que rodean el torso y los brazos hasta las manos. Sobre sus cabezas, una corona de espinas.

Rodeados del más absoluto silencio y anonimato, los empalaos salen de uno en uno de sus casas y son acompañados a lo largo de su procesión por un Cirineo, responsable de alumbrarle a lo largo de la estación de penitencia y ayudarle en caso de que se caigan al suelo. Impresiona especialmente el cruce entre empalaos, cuando se produce, ambos se arrodillan en señal de respeto antes de continuar su recorrido. Si no puedes disfrutar en vivo de esta celebración de Interés Turístico Nacional, recuerda que cuando vengas a Valverde podrás acercarte al Museo del Empalao, para conocer en primera persona esta tradición única en el mundo.

Otras celebraciones de La Vera

Carnaval – El Peropalo (Villanueva de la Vera)

Vestido por entero de negro y con el tradicional pañuelo de pico en el cuello, el Peropalo encarna a un malhechor al que los vecinos divididos en dos bancos, defensores y acusadores, juzgan y ajustician en un proceso de varios días, repleto de curiosos ritos, bailes y ofrendas que cada martes de carnaval culmina con la quema del Peropalo.

Villanueva de la Vera acoge otra de las celebraciones con más arraigo de la tradición verata: El Peropalo. Aunque se desconoce el origen de la leyenda, existen dos versiones bastante extendidas al respecto de este singular personaje conocido como Peropalo. La primera lo sitúa como un embaucador de doncellas a los que los vecinos acaban por darle su merecido para vengar la deshora mientras que la segunda asegura que nuestro protagonista era un recaudador de impuestos contra quien el pueblo se alzó. En cualquier caso, cada carnaval el Peropalo, este muñeco confeccionado por los vecinos a escala humana con la cabeza de madera y el cuerpo relleno de paja congrega a nuevos fieles.

7 de diciembre – Los Escobazos (Jarandilla de la Vera)

Cada madrugada del 7 al 8 de diciembre Jarandilla celebra “los Escobazos” una fiesta de Interés Turístico Regional que reúne todos los ingredientes para hacerte vivir una noche mágica y de lo más divertida en la que el fuego de las hogueras, la música y los escobazos son los auténticos protagonistas. La tradición se remonta a varios siglos atrás, cuando en la víspera del día de la Inmaculada Concepción, los pastores bajaban desde la sierra al pueblo iluminando los caminos con escobas de fuego.

Hoy esa tradición se homenajea a través de las múltiples hogueras que cada 7 de diciembre se reparten a lo largo de toda la localidad invitando a los vecinos a festejar un espectáculo ascentral repleto de fuego y magia, al sol del tamboril y de los cánticos, acompañados de las viandas típicas de la zona – donde no faltan ni el vino ni las migas o la panceta- y, por supuesto, las famosas escobas de fuego con las que los vecinos se golpean unos a otros durante toda la jornada.