La Vera

Queremos invitarte a descubrir una de las comarcas más bonitas de España y de Extremadura: la Vera. Si es la primera vez que vienes, estás de suerte. Si ya la conoces, ya sabes de lo qué te hablamos porque…

Más cerca de lo que imaginas, hay un lugar único. Ya sea en primavera, en verano, en otoño o en invierno, la Vera te sorprenderá. Déjate empapar por la belleza de sus paisajes, por su arquitectura, por sus tradiciones, por la calidez de sus gentes y disfruta de una experiencia extraordinaria en un entorno natural exuberante.

Mas cerca de lo que imaginas hay un lugar único

A las faldas de la Sierra de Gredos, bajo la nieve casi eterna de sus cumbres, robles, helechos, castaños centenarios, madroños y jaras se alternan con olivares, cerezos, encinas y campos de cultivos en La Vera.

Paisajes espectaculares que en cualquier momento del año despliegan vistas de postal gracias al singular microclima del que goza la región. De hecho, la Vera no sólo está considerada como la comarca mejor conservada ecológicamente de todo el Sistema Central sino que además cuenta con una biodiversidad envidiable que te permitirá avistar distintas aves rapaces, jabalís o cabras montesas.

Otro de los grandes encantos de la zona es su particular orografía que nos regala más de 40 gargantas y numerosas pozas. Nacidas de las nieves de la sierra de Gredos son, sin duda, el contrapunto perfecto para paliar el calor en verano y disfrutar de la naturaleza en estado puro en cualquier época del año.

una estética única en el mundo la arquitectura verata

La Vera cuenta además con un incentivo extra, la de una estética única en el mundo: la arquitectura verata, surgida del ingenio popular para hacer la vida más fácil a los vecinos de antaño y que, siglos después, mantiene vivo su encanto.

No dejes de perderte entre las callejuelas donde el tiempo parece haberse detenido cuando visites cualquiera de los cinco pueblos que constituyen el conjunto histórico-artístico de La Vera -Valverde de la Vera, Villanueva de la Vera, Pasarón de la Vera, Garganta la Olla o Cuacos de Yuste-.

En tu paseo encontrarás calles empedradas, sinuosas, repletas de recovecos y, por supuesto, las “regueras” que canalizan el agua desde el pueblo hasta las huertas colindantes ofreciéndote un pintoresco recorrido a tu paso.

Déjate envolver también por el encanto de sus plazas y rincones donde las casas parecen apoyarse unas en otras y la madera acapara todo el protagonismo gracias a una arquitectura orgánica que, paradójicamente, en su búsqueda de la funcionalidad encuentra la belleza.